El niño que enloqueció de amor.

En este mes de septiembre nuestro querido compañero de trabajo nos rescata este maravilloso cuento de amor.
Quién no ha enloquecido de amor? Saquemos del polvo estas páginas.

Hermoso artículo del escritor: Marcelo Moyano.

   El niño que enloqueció de amor. Eduardo Barrios. Editorial Heraclio Fernández 1915. Un clásico algo olvidado que sin embargo aún en el primer cuarto de este siglo sigue siendo considerado junto a otros libros que son clásicos mundiales como Kafka, Hesse, Cortázar y García Márquez, lectura obligatoria en los establecimientos educacionales de Chile.

   «¿Habéis oído cantar a un pájaro en la noche?» es la interrogante con la Eduardo Barrios abre su clásico libro. Analogía poética para algo que se puede considerar, inusual. Inusual oír cantar a pájaros diurnos en medio de la noche, inusual que un niño se enamore, o tal vez no.

Las atracciones físicas se pueden sentir desde muy temprana edad, es inherente a nuestra especie, sentirnos atraídos por lo que consideramos bello, independiente de la edad que se tenga.

   Recuerdo siendo niño haber sentido gran atracción por una mujer; una mujer no una niña, o chica de mi misma edad. Quizás si todos nos ponemos a hacer memoria, podemos recordad habernos sentido atraídos por una mujer u hombre. Muchos, demasiados, debemos ser los que alguna vez sufrimos de un amor no correspondido, sin llegar a los extremos del relato que Barrios nos presenta en el libro. Sin que esa atracción, ese amor no correspondido nos lleve más allá de los límites de la cordura.

   Y si un hombre adulto, con supuesto criterio, no puede contenerse en una situación como esa. ¿Qué hay de un niño? Como en la historia de Barrios.

   ¿Qué? en el caso de un niño, sin estar completamente desarrollado y formado como hombre, llegase a tener tal sentimiento. Por supuesto un niño mucho menos con la experiencia para enfrentar lo que está sintiendo, lo que está viviendo. Sin poder explicarse, es decir, sin siquiera encontrar palabras para expresar lo que está sintiendo. Sí hombres adultos no han podido contenerse ¿Qué hay de un niño?

   En un tiempo, en una época, en la cual Barrios sitúa su obra en la que los niños poco y poco en lo más básico solamente eran tomados en cuanta. Creciendo y desarrollándose bajo un control estricto y bien determinado, sin espacio para cosas distintas, mucho menos anomalías. Sólo imaginen sí además de sentir atracción y amor, el niño hubiese sido gay. Pero no nadie ni siquiera Barrios se habría atrevido a contar una historia así en ese tiempo. Y la historia contada por Barrios en su tiempo tuvo controversia , ribetes de escándalo en sectores conservadores.

   Pero aún en este tiempo si llegase a producirse un caso así, sería igual de complejo. Quizá sin llegar al desenlace dramático del libro de Barrios, hoy psicólogos infantiles, en ese tiempo impensables. Imaginemos por un momento, veamos en nuestra retrospectiva interior. Quizá todos y eso aún se ve en niños, hicimos un berrinche porque no se nos dio en un momento lo que queríamos o esperábamos.¿ Entonces Qué? sí eso es un sentimiento que no conocemos, no sabemos explicarlo, y además no es atendido, no se toma en cuenta o es completamente ignorado.

   Los límites de la cordura son frágiles. Han existido adultos que no han podido con este sentimiento. Cuantos errores y horrores se han cometido enarbolando que se efectuaron por amor. El libro más antiguo de occidente cuenta la historia de una guerra librada por un pueblo que cruzó el mar para ir a recuperar a la esposa arrebatada a un rey,!» La Ilíada». Si se piensa bien no deja de ser una locura. Hombres, mujeres, adultos han sucumbido ante el sentimiento. Cuantos niños, como la avecilla del libro, pudieron más con el deseo y el amor que sentía y que jamás podría ser correspondido.

   Brillante libro escrito por Eduardo Barrios, un clásico que no debe ser olvidado y que debe ser leído.

 

texto: Escritor Marcelo Moyano.


Fotografía: Archivo

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