Miguel Unamuno nos invita a vivir nuevamente este hermoso relato: «Nada menos que todo un hombre»

   Miguel de Unamuno y Jugo nació en Bilbao España 1864 dejó este mundo material en 1936. Fue un destacado político, filósofo y escritor de la generación del 98. Practicó diversos géneros literarios como la novela, poesía, ensayo y teatro. Entre sus obras más conocidas destacan; Paz en la Guerra 1897, Abel Sánchez 1917, Niebla 1914. Esta última, la más reconocida de sus obras, fue calificada por el propio Unamuno de “Nivola” para marcar una diferencia respecto de su trabajo con la forma convencional de la novela.

   Nada menos que todo un hombre fue publicada en 1916. Sin dejar de atisbar la brillantez, desborda pasión a raudales y un título muy grandilocuente.

   ¿Qué hace a un hombre? Difícil establecerlo y se podría discutir sobre el tema por infinidades de fracturas de tiempo. A principios del siglo pasado cuando Miguel de Unamuno escribió el libro reflejaba un modelo de hombre que por siglos y siglos fue determinado por un patriarcado totalmente conservador. Forma que toma Unamuno para caracterizar el personaje principal de Alejandro Gómez. Así como lo es Julia Yáñez la protagonista de la cual Unamuno también hace una crítica al estereotipo del modelo de mujer de fines del siglo XIX.  Lleva toda la carga histórica que arrastraban las mujeres en esa época, los cambios de mentalidad y la forma en que eran vistas en el antaño mundo donde las féminas comenzaban a romper estos moldes.

   Julia es una joven muy hermosa, la más bella de su localidad, cualidad física que su padre no tarda en sacar beneficio y superar la precaria condición económica en que se encuentra la familia. Entregándola en matrimonio al mejor partido, es decir al pretendiente con mayor cantidad de dinero. Recuerdo una oportunidad en que comenté el origen del matrimonio donde se establecía un contrato de palabra. A las mujeres antiguamente no se les consideraba su opinión al momento de pactar los compromisos matrimoniales, el contrato era entre el pretendiente y el padre de la chica. La génesis de este contrato, sobre todo en occidente judeocristiano es que el hombre busca con quien perpetuar su linaje y progenie, ofrece una dote al  padre de una joven con la cual cumplir su propósito. Ella debía ser virgen, de no ser así el valor de la dote era significativamente más bajo. El cariño y el amor no figuraban en ninguna parte del contrato, el amor podría llegar con el tiempo. Es una frase que leí y escuché de forma concreta y real siendo joven.- En la mayoría de los casos el amor nunca llegaba – solo quedaba acostumbrarse a la persona que se tenía al lado y la felicidad que llega con los hijos.
La disyuntiva en que se encuentra el personaje de Julia en la historia. Su padre accedió al matrimonio con Alejandro Gómez por la fortuna que este poseía. Entonces Julia vive la incertidumbre de saber si él realmente la quiere, sí la ama, o se ha casado con ella para lucirla como un bello trofeo. Ese es el conflicto central de la historia y la mayor crítica de Unamuno a la sociedad del tiempo en que vivía. Al modelo de la mujer sumisa y de hombre machista que tiene prohibido demostrar sus sentimientos. Julia se rebela en su intención de saber si él realmente la ama o no, Alejandro por su parte permanece inmutable estoico en su postura de ser “Nada menos que todo un Hombre”. Así la pareja entra en el desvarío que caen las relaciones cuando no son sinceras dando paso a la intriga y la desconfianza. Círculo vicioso del que no es muy difícil salir y en variadas ocasiones los resultados pueden ser fatales. Así su narración es una radiografía de la sociedad de ese tiempo.

 Vale rescatar que la novela que tiene tres adaptaciones al cine:


Todo un hombre: 1943 film argentino del director Pier
Nada menos que todo un Hombre: 1971, dirigida por Rafael Gil.
Todo un hombre: 1982, en la dirección de Rafael Villaseñor


Texto , Marcelo Moyano – Paulina Campos.
Fotografías, archivo .
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