Comentario literario de Erick Pohlhammer al poemario «Arborecer» de Mauricio Tolosa De un gran poeta a otro gran aedo

Amor y silencio en los haikús de Mauricio Tolosa en una hoja del poeta Erick Pollhammer.

Del silencio nace el amor
 Basho

Hokku es la fuente del haikú. Hokku era una fórmula de constructor literario. Este brevísimo tipo de poema debía incluir un kigo: metáfora o palabra con alusión a una estación del año o al bello milagro de la naturaleza divina, conocida como la delicada creación.

En el siglo XVII (16) se divulgó el haikú gracias al célebre maestro Basho. Sus condensados y métrico haikú aún asombra y deslumbra.

El haikú clásico es obediente a la métrica. Esta es su estructura.

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7

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Noche sin luna
La tempestad estruja
Los viejos cedros.

El estado sereno de alerta favorece la escritura contemplativa y creativa del haikú. Es casi imposible escribir haikús en estado de frecuencia cerebral beta nervioso acelerado, pero quien lo logra, logra a su vez bajar las revoluciones, situarse en el continuum del ahora, apreciando los matices y silencios de las cosas visibles al máximo, y apreciando los matices y silencios de las cosas visibles al máximo, y aprovechando, a veces, de denunciar actos inconscientes destructores de la bella naturaleza milagrosa, como es el caso del lúcido y brillante y silencioso poeta Mauricio Tolosa.

Los adictos a los fuegos y las iluminaciones artificiales no logran entender el fervor que suscita esta forma de poema breve: como a velocidad mental andan a dos mil metros luz por sílaba al cuadrado su sistema mente – cuerpo – yo – respiración no es capaz de detenerse, ni en lo interno ni en lo externo, hasta ver, con el ojo interior ( tercer ojo ), anterior a la retina, lo simple en lo complejo, toda la magia de una piedra enterrada en la arena, o rebrillando en un silencioso sendero polvoriento, o un manzano de flores blancas en la oscura noche fría. Expresado así y en haikú artístico y matemático por la mariposa del alma de Mauricio

Cuaderno 2 el manzano

La noche fría
La luna en el manzano
apuran flores.

Las cálidas imágenes de Arborecer son crisálidas: el gusano del yo pequeño entra en ellos y sale transfigurado en inmensa y transparente y aleante mariposa:

Cuaderno 2 el manzano

Chispa primordial
Destello que anuncia
Todos los bosques

Esta chispa primordial es raíz verde sangre que da respiro vital a todos sus variados haikús métricos y libérrimos y soplados por una encantadora esencia.

Cuaderno 2 el manzano

Sopla la brisa
Cortina de pétalos
Ablución rosa

«Sutil» es la labor poética del autor;

sutil: del antiguo indoeuropeo latinizado en romance inglés «subtle» (sub-tela), bajo la tela.

La pulsión está en el ojo, acota Jacques Lacán en uno de sus postsicosnalíticos seminarios maravillosos: el haikú de Mauricio Tolosa florece detrás del ojo pulsionado, desde la ante pupila del tercer ojo espiritual:

Cuaderno 1 bosques australes

Veloz el cielo
Expande la conciencia
Soy con el árbol

De cada una y todas estas lucientes joyas minimamistas literarias:

Cuaderno 4 jardín de la gratitud

Sol de otoño
Ni flores ni estrellas
Mas ahí están

Poeta es sinónimo de presencia. Desde su esencia sutil y atento a su época y defensor guerrero de la divina naturaleza y la bella y delicada creación Tolosa osa denunciar los estragos de la enceguecedora codicia con este haikú combativo, remecedor, amable y memorable

Cuaderno 1 bosques australes

Codicia ciega
Anestesia el alma
Talas e incendios

Arborecer; cada haikú una semilla poética que despierta al alma dormida y hace crecer bosques de belleza nuevas e himnos silenciosos de estoicas y poderosas e invisibles esperanzas.

Cuaderno 3 ayahuasca

Portal manzano
Certeza y confianza
Señal esperada

Tierna fragancia
Espléndida certeza
Besa mi alma

Cuaderno 5 san pedro de atacama

Respiro hondo
Toco la Vía Láctea
Señal de hogar

Cerros sagrados
Energía que fluye
Confianza plena.

Texto : Erick Pohlhammer E.S.P.B
Haikús: Poeta, escritor , fotógrafo, amante de la vida Mauricio Tolosa.
Fotografías, Gentileza del archivo fotográfico de Mauricio Tolosa.

Los haikús nacen desde esa nada donde se experimenta el amor.


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