ROSSANA ARELLANO GUIRAO, la magia y la prosa de una libre autora en el corazón de ese amor diáfano, nos presenta nuestra directora ejecutiva Ingrid Odgers, con la pausa del ser


Cartas a Lorraine es un libro que revela la actualidad viva con sus veleidades, el dolor, la decepción, la  ironía, la mínima esperanza en un mundo cruzado por la violencia e incomprensión.

Es la confesión íntima, donde el hablante lírico aquí habla con su sacerdotisa o sacerdote, se mueve en las antípodas de la realidad, habita en dos mundos diferentes, devela su mundo espiritual, su interior puro y diáfano enfrentado al mundo terrenal, al paisaje solitario de la mujer, aquella oquedad que nada puede apagar o cubrir.

Rossana Arellano Guirao, es la autora-creadora, de imaginativa, potente y lúcida inteligencia, que nos impregna de una exquisita, prosa poética, donde toda mujer puede sentirse plenamente identificada.

Ingrid Odgers Toloza
Directora Letras 25


DE LA TRISTEZA

—3.45 A.M, ¿Te has fijado, Lorraine? Tengo los ojos demasiado tristes…
¿No es acaso causal de tristeza, abandonar aquella intención de saber que se
ha encontrado algo mejor?
Quisiera que mi temperamento, respondiera de una buena vez a esta
melancolía y comprender los síntomas que andan haciendo malabares dentro
de mi ánimo. Son tantos los siglos de esta tristeza que contrae el pecho y no es
casual que sea la misma
de siempre. A este fenómeno que se ha asentado por dentro, le nombro
reminiscencias del origen, sin embargo, no logro hacer el quite al diagnóstico.
Sabes, tal vez sólo se trata de una aparición, ese color que siempre había
buscado, aquel tono sin pose, que es instrumento a tantas ideas. De pronto me
aíslo, para encontrar en mi interior el camino a aquella paráfrasis del destino,
que, aunque se expresa no le permito proyectarse. Creo que la muerte es un
trabajo más de la vida, que nos conduce a la siguiente estación y alegres o
evitando tristezas, logramos abrirnos hacia algo más.
No es de motivo ajeno esta gran soledad que no resiste copia.
—4.45 A.M. En el fondo, nos tomamos prestada la vida, mientras buscamos
identificarnos para hallar un sentido.
La tristeza, es un grabado en el coraje que fragmenta la propia historia
La tristeza, es aquella lámina con título cierto, que se convierte en monumento
al dolor
La tristeza, es un reflejo de sí mismo, que pasa al aire libre y se aventura en la
certeza del recuerdo.
La tristeza, es el cuadro existencial que se recoge en el claustro del cuerpo,
convulsionando la psique.
La tristeza, es el refugio de la sombra que busca padrino con cierto
entusiasmo.
—5.45 A.M. Querida, ¿Quieres de verdad saber cómo me siento?
No, no es extravagancia, sentir tanta tristeza.


DENTRO DE LOS LÍMITES


—3.45 A.M. Querida Lorraine, he llegado a pensar que dentro de los límites de
la “normalidad”
cada uno es capaz de quererse a sí mismo. Yo, por ejemplo, he comenzado a
tomarme un cierto
cariño, casi estético, algo así como una suerte de reconciliación conmigo
misma; por donde esa
repugnancia que provoca en mí lo externo con sus marcas constantes, de
maldad, envidia, nunca lograrán que me entregue por completo, toda vez, que
a diario me llenan de recelo. Espero que aceptes esta toma de decisión al
respecto de aceptar con lógica casi matemática, esa nueva experiencia de la
cual te he hablado. Algunas noches y madrugadas mientras observo el
nocturno con un vaso de whisky entre las manos y enciendo un cigarrillo
tras otro, hasta que no queda uno solo, analizo lo que significa la pérdida de
tiempo y lo inútil de ciertas relaciones que nada proponen o entregan, sin
embargo, nos rondan la vida. Me subo a un lucero, para sentir que estoy un
poco viva y escribo acerca de la parodia del día, capitaneo entonces, los
salones del cosmos, mientras hebras resecas y blancas de mi gastado pelo,
van golpeando mi cara, produciendo alergia… —Nada cambia— o
sencillamente todo, pudiera ser cambiado si peinamos con fuerza el “Tiempo”
antes de que el río de la vida se nos vuelva del todo incómodo o nos ahogue
más de lo que podemos soportar.
—4.45 A.M. ¿Recuerdas, aquellos barquitos de papel que echaba a orillas del
Lago? No me gustaba mucho imaginar que me encontraba dentro de ellos y
siempre terminaba convirtiéndolos en avión o globos aerostáticos, con la
destreza de mi
mente y agilidad de manos, solía colgarles marcas de nostalgia, que se
pegaban un rato, pero nunca desaparecían del todo. Llevo una sombra para los
días soleados, de tal modo que impida al sol agotar mi piel y llenarla de alergia.
Algunas veces nada refresca mi cuerpo y ansío despertar a uno de mis sueños
recurrentes, donde las horas cantan, se sumergen en el frío y chapotean bajo
la lluvia. ¿Crees que, si tomo whisky todas las noches y fumo más de la cuenta,
pueda cerrarse alguna vez la herida de mi corazón? Algunos días me tiendo
boca abajo sobre el pasto y dejo que suban un rato las hormigas, ahora
conozco el secreto para que no
penetren a mi ropa interior… Las invito a todas a una ceremonia de iniciación
dentro de la botella de whisky. ¿Sientes curiosidad por la fórmula?
— ¿Crees que llueva esta madrugada?



TIEMPO DE REPENSAR


—3.45 A.M. Lorraine, digo que la vida puede ser una llave, que sin mayor
ceremonia enciende
bromas…
No sé si resulte una desventaja casarse a cierta edad, en que de acuerdo con
las condiciones de “años—vida” lo más probable sea que prontamente, “estires
la patita” Supongo que tengo por costumbre, observar y cuestionar todo, como
un simple efecto y toque de golf miniatura, donde los palos nunca son los
apropiados. La verdad es que los años dorados, tienen su naturaleza en el
recuerdo que tarde o temprano hace ruido, reventando en un singular, plop. Es
curioso constatar que existe una cofradía de “humanos—lagartija”, esos que
suelen
ser molestos, pero a la primera mirada de llamado a la verdad, huyen y se
esconden.
Realmente no me preocupa ser mujer, tampoco me da miedo la vida— libre e ir
a mi propio aire. Los “humanos—lagartija” son un mero detalle.
—Querida, espero que nada me impida conversar con mi compañera
intelectual y alcanzar la luz de lo espiritual. La ignorancia, siempre es límite, se
parece a esa sensación de celos enfermizos, que ofende y apesta. Creo que
tengo todo el derecho a deshilvanar la sombra de mi pie, de otros mundos.
Definitivamente el amor, no tiene nada que ver con una partida de bridge, sino
al bluf del póker, sin streap, porque los jugadores no llevan el más mínimo
atisbo de santidad.
¬—4.45 A.M. Lorraine, tengo una parcela del libre albedrío, en el jardín

Autora: Rossana Arellano Guirao

Autora ,
Rossana Arellano Guirao
Fotgrafia , archivo de la autora
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